Edgar Guijarro Quirant: Historias de la radio (1955)

La radio en España durante la dictadura.

La película de José Luis Sáenz de Heredia es un tributo al medio radiofónico. Muestra la manera de hacer radio en los años cincuenta con emisiones cara al público, donde los invitados estrella son futbolistas, toreros y folclóricas. O la importancia de las emisiones dedicadas a la salud y el ejercicio.

La obra relata tres historias breves en la que los protagonistas tratarán de ganar dinero mediante los concursos radiofónicos. Estas tres historias ponen de manifiesto la miseria económica de la época, desde un punto de vista amable y con humor, mezclado con crudeza, aunque siempre es la solidaridad la que se acaba imponiendo. Donde más evidente se hace esto, es en la última historia donde todo un pueblo rural y pobre, capitaneado por el maestro de escuela, logra salvar la vida a un niño recogiendo dinero. Al igual que en el Neorrealismo italiano, el director, crea un personaje colectivo que con su generosidad ayuda a los demás. Otro buen ejemplo, es el cura que protege a los ladrones en la segunda historia, y como predicando con el ejemplo es capaz de cambiar la opinión del avaro.

La película se puede decir que es una radiografía de la radio de los 50 en España, también es un documental de la sociedad de aquel momento, en la última de las historias se pone de manifiesto el aislamiento de la España rural.                                                                                              En la primera de las historias, el inventor no puede vivir de sus investigaciones, ya que no hay ni un duro para innovación. Al enterarse que dan dos mil pesetas en un concurso de radio, decide perder su dignidad vistiéndose de esquimal. Durante el camino hacia los estudios de radio tiene que aguantar burlas, empujones, hasta que acaban todos liándose a palos y él logra subir a la furgoneta de un lechero que lo ayuda. Es una buena manera de introducir la historia, ya que durante toda la película los personajes tendrán que ir solucionando situaciones injustas en las que la canallería o avaricia de la gente también será otro obstáculo que añadir.

El director muestra un Madrid sombrío donde estructuras de edificios a medio construir se mezclan con chabolas, y casas humildes, no se para a grabar las zonas más bonitas o turísticas. Mientras tanto, durante toda la película la radio hace de narrador con voz en off, dándole continuidad al filme, además otras dos historias secundarias (la historia de amor entre la pareja de locutores y la de los gordos que hacen gimnasia) sirven para enlazar las tres principales.

Si las películas del neorrealismo daban una moraleja de que había que construir lo que la guerra había destruido, diría que esta película está muy influenciada por esta vanguardia, ya que además por conseguir dinero los personajes están dispuestos a perder su dignidad.

Mientras tanto, hoy vivimos en la cultura de la queja y la protesta. Todo el mundo está indignado y hace la guerra por su cuenta, sin la necesidad de construir nada, pues el estado nos debe proporcionar todo a nosotros, los que vivimos en la burbuja del turismo de caravana, pantalón pirata y cámara de fotos, para luego colgarlo todo a internet, pues las calles se están quedando sin vida y uno solo puede sentirse cómodo en esos bares donde se vende tabaco de contrabando.

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