Julián López Casademont: La segunda edad de la radio

Apartado 3.5

La radio, más allá de los programas musicales, a día de hoy es consumida por los pasajeros de vehículos. Pero con la aparición del Bluetooth, las entradas auxiliares, este público también comienza a desvanecerse.

Los jóvenes no escuchamos, casi, la radio preferimos más el entretenimiento visual; es decir, la radio pierde su público frente a la televisión o internet. Y la necesidad de captar jóvenes para que escuchen el medio se vuelve más importante al contemplar que su audiencia, literalmente, se muere.

Todo esto ha llevado a la radio a dar un paso más allá, ampliarse a las redes, llegando a los podcasts e incluso a publicar los programas en YouTube. Pero aun así, es difícil enganchar a las juventudes con un programa que no tiene el dinamismo que acostumbramos a consumir en todos lados, ya sean películas, series, vídeos. Queremos velocidad, humor y un grupo que nos represente.

Y en ese momento nacen programas como La Vida Moderna, Nadie sabe nada, No te metas en política. Donde, personas que surgen como cómicos, entran a la radio. Son programas de gente que conoces de la tele, reconoces sus voces, sabes que te gustan porque los has visto y ya te gustaron. Y claro, su dinamismo no cambia, y tiene, además, la bonificación de que le pones cara a los locutores o locutoras, creando en tu mente la imagen del programa.

Si a esto le ponemos que el mundo está podrido y todos los días suceden cosas horribles, que mejor manera de evadirse que con humor. No queremos escuchar lo mismo siempre, queremos variedad, queremos reírnos, pues es lo único que nos queda.

La radio actual se está adaptando a las necesidades de los más jóvenes con la intención de captar su atención, dejando atrás el modelo clásico y entrando en una nueva edad de la radio, entretenimiento ante la basura a la que nos enfrentamos todos los días.

 Julen - Radio 5

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