Nuria García Milá: Merlí y los seres humanos.

La aplicación de la perspectiva de género en los mmaa

Una de las últimas series que he visto se llama “Merlí” y creo que es una producción muy importante respecto a la perspectiva de género (entre otras cosas), y voy a presentar por qué.

Dentro del tema que nos ocupa, el del género en los medios de comunicación, creo que esta serie hace un trabajo bárbaro reflejando los roles que cada personaje asume, y cómo le afecta en su vida diaria. Tenemos a una de las protagonistas, que lejos de ser la típica “reina del baile y jefa de las animadoras” que podríamos encontrar en una producción americana, nos encontramos con una chica preciosa, la cual no cumple del todo los cánones establecidos respecto a medidas, y que vive orgullosa y feliz con ello -lo cual me parece un ejemplo importantísimo para las adolescentes, ya que parece que si no somos delgadas y perfectas no podemos ser felices. Pero este personaje, que ha aprendido a quererse, valorarse y apreciarse tal y como es, vive con su madre, la cual vive preocupadísima por que su hija no tenga novio. Y es que es así: por mucho que decidas ser una mujer libre con tu cuerpo, tu vida y tus relaciones, para la sociedad siempre estarás haciendo algo mal.

También encontramos, como otro de los protagonistas, al “malote”. Ese chico que, además de ser guapísimo, es bastante borde con todo el mundo, porque ha de ejercer su papel de “macho alfa” y que, según él, “no se enamora” -seguramente eso es de débiles, y esa es una cualidad con la que su rol no se identifica. Pues bien, conforme vamos profundizando en la vida de este personaje, nos encontraos un hogar roto, sin madre y con carencias tanto afectivas como económicas. Poco a poco, entiendes lo mucho que le cuesta mantener esa imagen de “tipo duro” y lo muchísimo que necesita, como cualquier persona, mostrarse vulnerable y dejar que le ayuden.

Pero sin duda alguna, mi personaje favorito, tanto por el trabajo de guion, como por lo que representa y por cómo han sabido abordar su imagen, es el primer y único papel transgénero de la serie -pero, tal y como lo presentan, no necesitamos más, se come la pantalla y nos conquista ella sola. Los directores y guionistas, en esta ocasión, supieron retratar una mujer trans sin caer en estereotipos, sin ridiculizarla, y sin intentar sacar humor de la situación, como han hecho muchísimas otras producciones. Presentan al personaje sin ningún tipo de tabúes: una mujer trans que ejerce de profesora a los protagonistas, y consigue ganarles a todxs con su espontaneidad y su naturalidad, y les plantea (tanto a sus alumnos como a los espectadores) el tema de la identidad de género de la forma más real y humana posible.

Y yo me pregunto ¿tanto costaba? ¿Tan difícil es normalizar algo tan real y tan común, sin necesidad de ridiculizarlo para “sentirnos menos incómodxs? Indudablemente creo que, si alguien se siente incómodo o incómoda escuchando hablar sobre estos temas, es porque desde un principio los medios de comunicación y las producciones audiovisuales que ha consumido, lo han tratado como un tema tabú nada serio, deshumanizado y alienado totalmente.

Ya era hora de encontrarnos con una serie tan real y serena. Espero que sea una de muchas que están por venir.

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