Sandra María Suárez Crespo: La dictadura de las máquinas.

5.1. La iconosfera contemporánea.

La tecnología es algo variable y que se desarrolla día a día. Vivimos en una época digital, donde es usual que cada persona posea un dispositivo electrónico conectado a Internet ya sea un móvil o un ordenador. Esta tecnología está progresando  cara una vía inteligente, la tecnología “Smart”, porqué ¿Quién no ha oído ya hablar de esos relojes inteligentes que se conecta con el teléfono móvil? Pero… esta tecnología va más allá, pretende enlazar cada vez más dispositivos a nuestro teléfono móvil. Actualmente, en los mercados más selectos ya están disponibles diferentes elementos que pueden convertir una casa ordinal en una casa inteligente (Smart house), podemos hablar de neveras  que indican la fecha de caducidad de los productos, cepillos de dientes que advierten de posibles caries, un wáter que toma muestras de orina y avisa de probables valores alterados, medidores de frecuencia cardiaca que llaman directamente al hospital, bombillas a las cuales controlamos la intensidad, cafeteras encendidas desde el móvil, cerraduras abiertas a través del dispositivo en cuestión…

Según la revista Muy Interesante se calcula que hacia 2020, entre 22.000 y 50.000 millones de dispositivos de estas características  se conectarán a Internet.

Además, esto a la larga no sería un proyecto rentable debido a que, con un móvil hurtado se podría acceder a la casa del poseedor del móvil o incluso a todos los datos del usuario; o una persona con gran manejo de programación podría hackear una casa y obtener toda la información de  los allí residentes. Sin evaluar estos posibles funestos, las Smart house son un proyecto bastante viable porque te permite controlar muchos aparatos a través de uno solo, causando un mayor rendimiento óptimo de nuestro día a día, por lo que pienso que es un proyecto que podría lograr gran éxito.

Pero… nos quedaremos ahí, o seguiremos indagando en esta nueva tecnología hasta llegar a un punto no retornable donde toda nuestra vida este controlada por aparatos electrónicos. O como medidas excepcionales, películas futuristas como lo es AI (Artificial Intelligence, 2001) donde se refleja la posible creación de vida artificial con capacidad de  tener sentimientos. O numerosa filmografía futurista donde se muestra creaciones artificiales inteligentes que pueden llegar a pensar por sí mismas e incluso desprenderse de la ideología de sus creadores y volverse en contra de ellos.

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